Con más de 125 años de historia, la cadena Albert Heijn ha sido pionera del formato supermercadista en Holanda. También fue innovadora en introducir servicios al cliente, variedad de productos, marcas propias, y formatos comerciales novedosos, como tiendas online y de conveniencia.
Una de las imágenes que con más frecuencia quedan en la memoria de quien visita Holanda, es la combinación de una A y una H en blanco sobre fondo azul, que caracteriza al logotipo de una de las más importantes y conocidas cadenas de tiendas y supermercados en ese país: Albert Heijn. En la actualidad, la red está integrada por casi un millar de puntos de venta, y se ha extendido a la vecina Bélgica y a Alemania. Incluso ha llegado a la lejana colonia caribeña de Curaçao.
La empresa tiene más de 125 años de historia. Fundada a fines del siglo XIX, sus orígenes fueron humildes, como los de muchas compañías de su tipo. Surgió en Oostzaan, un pequeño municipio del norte del país, como una idea de Albert Heijn. El emprendedor se inició en la actividad cuando comenzó a ayudar a su padre en su tienda de comestibles, a la edad de 21 años, la cual luego comenzó a gestionar, con la idea de vender productos a clientes de todos los segmentos sociales. Su idea era que “tanto pobres como ricos” pudieran comprar en su local.
Rápidamente logró expandirse. En 1895 abrió una segunda tienda en Purmerend, y en el pequeño local de Oostzaan se dedicó él mismo a moler café. Así, comenzó su visión de crecimiento, con la venta de café molido y galletas caseras. Y poco a poco fue incrementando la variedad y calidad de sus productos. En poco tiempo, Heijn comenzó a abrir más tiendas, e introdujo el reparto a domicilio. Hasta creó su propia marca para vender café y galletas. Todo esto demuestra su espíritu pionero, ya que sus innovaciones se adelantaron a muchas prácticas que hoy son habituales en el supermercadismo.
Así y todo, al aproximarse el siglo XX, Albert Heijn ya contaba con cuatro tiendas, y un surtido que alcanzaba los 120 productos, entre ellos galletas y tocino, lo cual era todo un lujo para la época. En 1910 ya había abierto la sucursal número 33 y el surtido llegaba a los 300 artículos. En este mismo año, comenzó a vender productos con su propia marca, a la vez que iba mejorando el servicio al cliente. Su original idea de producir sus propios alimentos, que implementó cuando empezó a moler y tostar café, respondía a que no quería depender de los fabricantes, muchos de los cuales no distribuían la mercadería a tiempo. En 1911 mudó su fábrica de tostado de café, hoy conocida como Ahold Coffee Company, a la ciudad de Zaandam. Allí también comenzó a producir azúcar, tortas y pasteles. Entre 1913 y 1914 construyó su primera planta fabril, a la cual luego se sumaría una fábrica para las galletas, otra para el azúcar y una sólo para la elaboración los pasteles. Fue tal el crecimiento que la empresa impulsó a nivel industrial, que estimuló la llegada de la electricidad a la ciudad.
Tras la primera guerra mundial, se sumaría el embotellado de vinos, y su propia chocolatería, mientras la red superaba las 75 tiendas, incorporando una cadena de chocolaterías. A lo largo del siglo XX, en tanto, la compañía se volvería también líder en el desarrollo de recordadas campañas publicitarias.
En 1945, Albert Heijn falleció a la edad de 80 años, dejando un legado monumental en manos de su familia. Su nieto, Albert Heijn Jr., renovaría el impulso de la compañía en materia de ventas y servicios. En 1952, precisamente, llevaría adelante una nueva revolución comercial, abriendo su primera tienda de autoservicio. Por primera vez los clientes llevaban una cesta y elegían los productos a lo largo de los diferentes estantes. El formato se trasladaría rápidamente a otras sucursales de la cadena.
La empresa también fue pionera en desarrollar estrategias de fidelidad, creando los sellos de ahorro con valor de 10 centavos que se entregaban a cada cliente por cada florín gastado en sus compras. En 1959 Albert Heijn ya contaba con 100 tiendas de autoservicio. Y gracias a su esfuerzo en establecerse como proveedora de vinos, logró posicionarse como el primer y mayor importador de estos productos en Holanda.
En 1958. Albert Heijn Jr. Pasó a ser director de AH Detailbedrijf, y también sería el presidente de la junta directiva de la empresa Albert Heijn NV, que luego pasaría a denominarse Ahold NV. El grupo Ahold fue creado con el propósito de expandir sus operaciones en el exterior de Holanda, y ese mismo año incorporó la cadena de drugstores Etos.
En 1996 lanzó al mercado otra marca propia, EuroShopper, con la finalidad de llevar los productos básicos de la canasta familiar a todos los hogares holandeses, con precios accesibles. Su concepto responde a la filosofía planteada por el fundador: que clientes de todos los niveles socioeconómicos pudieran comprar en sus tiendas. Sus productos suelen ser de larga duración, con un diseño simple y uniforme, y el precio más bajo del mercado.
Al año siguiente, la compañía lanzó otro de sus hitos en la historia del supermercadismo, poniendo en funcionamiento una tienda online, con alrededor de 9.000 productos a la venta. Y hacia 2002, incursionaría también en el formato de conveniencia, inaugurando su red de tiendas AH to go, ubicadas en localizaciones estratégicas.